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En un blog anterior, mencionamos el método del Diagnóstico Agrario como ejemplo de nuevo enfoque para un agro sostenible. Hoy te damos algunos detalles sobre esta metodología y sus ventajas.
Abdiel cultiva una hectárea de hortalizas en las tierras volcánicas de Tierras Altas de Chiriquí, Panamá; obtiene altos rendimientos y recibe buenos precios por sus productos, pero hace un uso intensivo de agroquímicos que le generan altos costos de producción. Por su lado, María cultiva más de 50 especies diferentes en su bosque cafetero de diez hectáreas, ubicado en la comarca indígena Guna de Madugandi, Panamá. Con sus víveres, logra garantizar la seguridad alimentaria de su familia, pero las plagas y enfermedades afectan severamente a su café y sus frutales, con la consiguiente amenaza para sus ingresos. Su amiga Rigoberta cultiva casi exclusivamente plátano en sus 12 hectáreas, tiene buena producción, pero su finca está bastante aislada y no tiene otra opción que vender sus productos a un intermediario que le paga muy bajos precios. En cuanto a José, sus 50 hectáreas de potrero natural, ubicadas en el arco seco de Panamá, donde la falta de agua durante el verano es más aguda cada año, ya no le permiten mantener sus medios de subsistencia. Para aumentar y diversificar sus ingresos, José quisiera mejorar su producción forrajera y plantar árboles maderables en su finca.
En el mundo real, Abdiel, María, Rigoberta y José tienen oportunidades y enfrentan retos muy diferentes. Pero en el mundo de las estadísticas y de los análisis “macro”, Abdiel, María, Rigoberta y José son, respectivamente, un “pequeño”, “mediano”, y “gran” productor agropecuario – o son productores de cebolla, café, plátano y leche.
En el sector agropecuario, ignorar la verdadera diversidad de los territorios rurales y de los productores – y caracterizarlos solamente en base al tamaño de finca o el rubro – conlleva el riesgo de proponer intervenciones genéricas poco efectivas. Por otra parte, conocer esta diversidad permite brindar soluciones diferenciadas, adaptadas a los problemas locales. Por ello, el “Diagnóstico Agrario”, una metodología de análisis de la realidad agraria en un territorio determinado puede contribuir sustancialmente a la efectividad y sostenibilidad de las operaciones de apoyo directo a los productores agropecuarios.
El diagnóstico agrario y el enfoque territorial en los proyectos de desarrollo agropecuario
El Diagnóstico Agrario es una metodología:
- Multiescalar: análisis a nivel de parcela, de hato, de finca, de hogar y de territorio.
- Multidisciplinaria: combina análisis geográfico, agronómico, económico, social y ambiental.
- Diacrónica: supone que el pasado explica el presente y puede ayudar a pensar en el futuro.
- Sistémica: analiza interrelaciones entre elementos dentro de la finca, entre las actividades económicas y no económicas del hogar, entre fincas del territorio y entre territorios.
- Participativa: da la palabra a los actores; pretende entender qué hacen, cómo, por qué, con qué desempeño. Además, busca identificar con ellos ideas de soluciones a sus problemas, tomando en cuenta sus oportunidades, barreras y preferencias.
- No hace juicios de valor: la premisa fundamental es que el productor siempre tiene una razón (y, a menudo, varias razones) para hacer lo que hace.
Al generar conocimiento sobre la realidad del territorio y apoyar la co-identificación con actores locales de intervenciones pertinentes, el Diagnóstico Agrario se convierte en una herramienta relevante para implementar un enfoque territorial en los proyectos de desarrollo agropecuario. Por este motivo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha financiado la realización de 14 Diagnósticos Agrarios en Panamá para acompañar la implementación del Proyecto de Innovación Agropecuaria Sostenible e Incluyente (PIASI). El PIASI es un proyecto ejecutado por el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y el Instituto de Innovación Agropecuaria (IDIAP), cuyo objetivo es mejorar la seguridad alimentaria y económica de pequeños productores.
Durante el diseño del PIASI se elaboró un “menú de oferta tecnológica” único de ámbito nacional, un primer paso aún insuficiente para abordar de manera adecuada las problemáticas locales. Por lo que el IDIAP está utilizando los resultados de los Diagnósticos Agrarios para elaborar un “menú de oferta tecnológica” diferenciado en cada territorio de intervención, lo que significa que Abdiel, María, Rigoberta y José podrán recibir un apoyo adaptado a las circunstancias de cada uno de ellos.
Ventajas de los diagnósticos agrarios
Los Diagnósticos Agrarios permiten también focalizar el tipo de intervenciones a fines de eficiencia. El PIASI tiene un componente de apoyo a la producción y otro de acceso a mercados. Sin embargo, en regiones como Sambú (Comarca Embera-Wounaan), donde el acceso a mercados es el problema prioritario, el MIDA y el IDIAP podrían decidir focalizar su apoyo a productores sólo en este último tema, y no dedicar esfuerzos a los temas productivos, que son secundarios.
Por otro lado, los Diagnósticos Agrarios podrían fortalecer la focalización geográfica del PIASI. En efecto, en algunas zonas, como San Francisco (Veraguas), La Pintada (Coclé) o el distrito de Barú (Chiriquí), que según estadísticas cuentan con una importante producción agrícola, los Diagnósticos Agrarios demostraron que, por motivos como la influencia urbana o la expansión agresiva de la agricultura industrial, la agricultura familiar es un modelo en regresión con baja posibilidad de recuperación. Se plantea entonces la pregunta: ¿es pertinente implementar el PIASI en estos contextos?
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